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domingo, 28 de agosto de 2016

DRAGON BALL SUPER: 5 incoherencias en los poderes de algunos personajes


1- Goten y Trunks:

En la última saga de Dragon Ball Z, ambos niños eran lo suficientemente aguerridos y poderosos para poder asestarle golpes a Buu y no tener miedo ante ninguna circunstancia. No obstante, en Dragon Ball Super son unos niños inútiles que no sirven para nada, y peor aun, a los que no se les deja hacer nada. Esto se hace más patente en la saga de Golden Freezer, donde dejan pelear a Ten, a Krilin, incluso al maestro Roshi, pero no a Goten ni Trunks por ser "muy pequeños".



2- Bills:

El Dios de la Destrucción tuvo que dar gran parte de su poder al final de su enfrentamiento con Gokú, quien recién logró absorber en su ser el poder de un Dios, Lo curioso es que en los episodios posteriores, a pesar de que Gokú logró incrementar su poder mucho más al alcanzar la fase azul (recordemos que el SSJ Dios es como un estado divino base, mientras el SSJ Blue sería como el primer nivel de SSJ con ki divino), se insinúa que Bills lo sigue superando por mucho, cuando, sabiendo que el SSJ aumenta cincuenta veces el poder del estado base, significaría que Gokú ahora debe ser más poderoso que él. Pero no, incluso Wiss afirma que la única forma en la que probablemente Bills podrá ser derrotado, es si Gokú y Vegeta, ambos en fase azul, se unen a pelear (cuando Vegeta también debería ser más fuerte que Bills). 



3- Gokú y Vegueta:

Cada uno de ellos debería más poderoso que Bills. Pero por una razón extraña siguen estando muy por debajo del poder del dios destructor.





4- Trunks del futuro:

Tras su retorno al presente, su poder es el de un SSJ 2, lo suficientemente fuerte para derrotar a Cell o Dabura sin muchos problemas. Algo muy sorprendente, pero completamente insignificante para el nivel que alcanzó su padre en el presente. 

Padre e hijo se enfrentaron brevemente para medir sus fuerzas máximas. Lo natural sería que Vegeta, tras manifestarse en su fase azul, sea capaz de dejarlo inconsciente con solo tocarlo suavemente con un dedo, pero no, sino que se acerca velozmente hasta él (para colmo Trunks logra ver sus movimientos) y le propina varios golpes a los que el hijo es capaz de resistir. Claro, Trunks al final no pudo mantenerse en pie, pero sí pudo mantenerse consciente, ese es el garrafal detalle.


5- La Tierra, los humanos del futuro y Black Gokú:

La Tierra al parecer también tiene la capacidad del zenkai pues puede resistir peleas entre personajes que con solo respirar deberían destruir un planeta. Si Vegeta en su primera aparición en Dragon Ball Z ya era capaz de destruir un planeta sin esfuerzo alguno (como lo hizo aquí), es bastante raro que la Tierra haya podido aguantar las batallas contra los androides, Cell, Buu gordo, Súper Buu, e incluso los poderes inenarrables de personajes de DB SUPER como Bills y Golden Freezer. 


Por otra parte, los humanos del futuro también parecen haber ganado muchas habilidades y resistencia hasta niveles verdaderamente inimaginables (¿también tienen zenkai?), ya que de no haber podido ni siquiera poner resistencia en el pasado ante Picoro Daimakú (de apenas 130 de poder), y tampoco hacerle nada a los androides, ahora sí pueden formar guerrillas y lograr "resistir" durante años las masacres de Black Gokú, usando solo armas de guerra. 


Asimismo, Black Gokú, cuyo poder quedó demostrado supera por mucho a Vegeta en fase azul (por lo que tambien debería ser capaz de eliminar a Gokú en la misma fase, y también a Bills), no es capaz de exterminar por completo a la raza humana, sino que tarda varios años y ésta aún sigue viva. 


Nada le costaría a Black subir a los cielos y con una simple chispa de sus dedos desaparecer al planeta entero, pero por el contrario se dedica a matar pequeñas cantidades de personas cada cierto tiempo. Esa actitud se podría entender de los androides del futuro que solo quería matar por diversión sádica (y si destruían la Tierra de un solo ataque, se acabaría el placer), pero de Black Gokú que desea purificar al universo de la peste humana es totalmente incomprensible esa pasividad para efectuar sus planes. 

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